Madoka Magica
Ansu Fati vive en el Día de la Marmota desde su primera lesión, un proceso de regreso constante con el mismo final. La confianza que parece tenerle Flick hace que este curso sea su última oportunidad
Columna de Luis Juliá (@luis_castin)
Madoka Kaname es una niña de instituto que un día, mientras paseaba por un centro comercial con una amiga, se cruza con una extraña criatura de aspecto adorable y parecida a un gato que le ofrece así de buenas un contrato para ser una chica mágica y tener poderes a cambio de que el bicho, llamado Kyūbey, le conceda un deseo. La responsabilidad que tiene Madoka como chica mágica es la de luchar contra unas entidades malvadas llamadas brujas (la verdad es que muy originales con los nombres tampoco son) que se alimentan de personas cuyas mentes se sumen demasiado en la oscuridad. Por el otro lado, Madoka conoce a una enigmática chica nueva en el instituto, a la cual había visto esa misma noche en un sueño, que quiere por todos los medios evitar que se convierta en chica mágica, Homura Akemi, que se podría decir que viene del futuro y conoce que el único destino de las chicas mágicas es la perdición.
Muchos os estaréis preguntando alarmados, ¿qué carajo tiene que ver esto que nos estás contando con el aún número 10 del Fútbol Club Barcelona? Pues bien, Ansu, al igual que Madoka y Homura, vive en un bucle del que es incapaz de salir desde su desafortunada lesión en el partido de liga disputado el 7 de noviembre de 2020 contra el Betis: se lesiona, vuelve al campo meses después con todo el mundo ilusionado por su retorno, mete un par de goles que dejan a las claras que el talento no lo ha perdido y que en ese chico con demasiadas operaciones encima hay algo que vale mucho dinero y títulos; y tras todo esto, llega una nueva lesión que vuelve a poner todo en la casilla de salida.
La perdición de Ansu es de sobras conocida, una condición física que le mantiene constantemente alejado de los terrenos de juego y que siempre le golpea en los peores momentos posibles; su deseo, tener siempre una última oportunidad de salir de la espiral, de volver a demostrar aunque sea una parte de lo que hace 4 años era un crack en ciernes destinado a dominar la década. El atacante hispano-guineano vuelve a Barcelona tras una muy decepcionante cesión en Brighton, en la que fue eterno suplente pese a las muchas lesiones del cuadro inglés en parcela ofensiva. Roberto De Zerbi llegó incluso a insinuar un par de ocasiones en sala de prensa durante la temporada, que simplemente Ansu no daba para más. En el imaginario colectivo culé, Ansu Fati ya empieza a ser visto como un nombre del pasado, como una historia de desgraciado final. Siendo objetivo, la verdad es que parece que en su caso todo está visto para sentencia. Únicamente quedaría saber cuándo dará final el bucle en el que el futbolista se encuentra inmerso en el Barça.
Volviendo al famoso anime, Homura Akemi, «tiene» la misión de conseguir cambiar el futuro, un futuro en el que ella y las demás chicas mágicas siempre fracasan en su intento de salvar al mundo de la amenaza que terminan representando las brujas. Homura aceptó el trabajo que le ofrecía Kyūbey, y tras darse cuenta de lo que supone, empieza a dedicarse a impedir que otras chicas caigan en el engaño, poniendo especial énfasis en Madoka. Ante esta realidad, Homura decide, cual Doctor Strange, volver al pasado en diversas líneas temporales y siempre al mismo punto, el momento antes del primer encuentro de Madoka y sus amigas con Kyūbey, con la intención de intentar cambiar el desolador final preestablecido en el que todas acaban muriendo para nada.
Al igual que Madoka cuenta con una aliada en Homura a la hora de intentar evitar un destino que ya parece sellado, a Ansu también se le ha aparecido alguien dispuesto a echarle una mano, dispuesto a que esta vez no ocurra lo mismo de siempre; hablo como no de Hansi Flick, que se ha mostrado comprometido con la causa de recuperarle, ya sea elogiándolo en sus declaraciones a la prensa o estando muy encima del jugador en los entrenamientos. El técnico alemán quiere hacer un intento más, utilizar una nueva línea temporal partiendo del mismo punto, es decir, con Ansu regresando de una nueva lesión que le hace iniciar un nuevo bucle, un nuevo reinicio en el que ambos tratarán de esquivar un final que parece predestinado desde hace mucho tiempo, un final descorazonador en el que el aficionado barcelonista ha ido viendo como poco a poco se iba consumiendo una perla que daba la sensación de no tener techo, como tras cada lesión iba apagándose una llama que hace no demasiado se presentaba como la que iba a iluminar el oscuro camino que aún a día de hoy sigue recorriendo el Fútbol Club Barcelona como institución. A diferencia del anime, Ansu Fati seguramente esté ante su última oportunidad, el último reinicio, el bucle final. Solo hay dos formas de escapar, o con la certificación definitiva de que no está para competir al máximo nivel, o con Ansu derrotando a sus brujas particulares y volviendo a ser realmente aprovechable para un equipo como el Barça.
Las posibilidades de victoria, siendo realistas, son mínimas, pero mientras siga activo el deseo por el cual Ansu ha ofrecido un pedazo de su alma, seguirá teniendo otro intento más.